Partimos desde el precioso pueblo de Sallent de Gállego (1305m) con su imponente peña Foratata (2341m) ejerciendo como guardián. Por el lado derecho del río seguimos la pista que pronto se bifurcará; tomando el camino de la izquierda siguiendo marcas de GR llegaremos a la carretera que sube al embalse de la Sarra; siguiendo por la derecha la pista se estrecha poco a poco hasta convertirse en sendero (por el cual descenderemos a la vuelta), uniéndose más adelante con la pista que sube hasta nuestro destino. Optamos por la primera opción por lo que el camino nos obliga a echar pie a tierra hasta encontrar la carretera; una vez que llegamos al embalse, cogemos la pista a la derecha y desde aquí solo nos queda pedalear hasta el chalet del ingeniero. La pista en bastante buen estado permite subir con una cierta alegría, aunque a medida que vamos subiendo, nos deleitamos con las montañas que van surgiendo en la lejanía y dejando al pueblo cada vez más lejos. Algunos tramos de la subida se tornan un poco más duros con un firme un poco más roto, pero nada preocupante. Una vez que tenemos a tiro el chalet del ingeniero vemos que está habitado; nos acercamos con precaución ya que dos perros nos salen al encuentro, uno en el que la palabra amistad no se encuentra en su vocabulario y el otro más manso que un corderito ........ bueno, las personas también somos muy diferentes. Descubrimos que el morador del chalet del ingeniero es Miguel Ángel Arrudi, conocido artista (www.arrudiart.com) que desarrolla aquí, en la soledad de las montañas todo su talento; huelga decir, que en invierno no se "atreve" a trabajar aquí arriba, más que nada por que le sería casi imposible acceder al chalet debajo de 4 ó 5 metros de nieve. Charlamos animadamente con él y le miramos con cierta envidia ya que el lugar de trabajo es simplemente espectacular, y sobre todo porque es totalmente dueño de su vida: trabaja en lo que le gusta, sin ataduras, y en un lugar privilegiado. Después de disfrutar con el espectacular paisaje e intentar hacernos amigos del perro menos amistoso (sin éxito !!!!!!!), toca iniciar el descenso; la bajada es muy divertida, sobre todo la parte en la que una vez disfrutado del azote del viento, llegamos al ratonero, pero rápido sendero que finalmente nos llevará de vuelta al pueblo.
